Escucho trenes y vehículos de estúpido diseño parecidos más bien a cipotes ahuevados con pitidos inaudibles para auyentar a mamíferos, aves, borregos, homo sapiens... no así a personas acostumbradas a llevar puestos microauriculares musicales o quizás estén más sordos que una tapia... Se convertirá en un método tan sofisticado que nadie notará... ¡nada! Por entonces también se impone el uso de barreras de sonidos disuasorios y no perceptibles por el oido humano, sustituyendo a las antiguas jaulas para animales. Nuestros pájaros y roedores saldrán de esas claustrofóbicas e injustas cárceles. Por este tiempo, el nuevo mundo civilizado, los mamíferos domésticos y desde luego los vegetarianos que andan a dos patas gozarán de grandes derechos de protección, de admirable respeto, incluso a veces con penas a los infractores que rayan la pena capital de aplicación popular. El maltratador podría ser tirado a los leones, por ejemplo, para que aprendiera de una vez por todas una importantísima lección de Sensiblilidad (Je, Je, Je...)
A menudo se extenderá la antigua pero verdadera creencia de que las mascotas son verdaderos talismanes*