Quizás en una época no muy lejana -tras el fin trágico de esta larga crisis y las grandes guerras perdidas por el petróleo- desaparezcan paulatinamente los envases de plásticos para alimentos y bebidas, sustituyéndose por materiales reutilizables, transformándose los “supermarkets” en sofisticados Locales con numerosos y variados depósitos. O sea, que cada cual se apañe a su gusto. Como el petróleo escasea con urgente preocupación, el barro en cambio, el mimbre, el esparto, las alpargatas de paleto hortelano, incluso el antiguo papyrus de escribano y otros materiales tan naturales como antaño olvidados, recobrarán su esplendor. De la misma manera, los antiguos oficios en peligro de extinción renacerán entonces con fuerza, admiración y merecido privilegio, así como una tendencia cada vez mayor hacia la vida autosuficiente en espacios rurales organizadas en comunas*. E incluso para los más escépticos de hoy triunfará una cierta moda redneck*.
Poco a poco las prendas sintéticas desaparecerán en casi todo el mundo, y los más tacaños ecologistas para ahorrar dinero -y por si acaso- evitarán hasta el uso de ropa interior.